Desarrollando una cultura floreciente de voluntarios dentro de su iglesia

Ayuda a la gente a usar sus dones, talentos y tiempo para promover el reino

Savannah Lindell on October 24, 2018

Cuando usted mira detrás de la cortina de una iglesia vibrante y creciente, verá un ejército fuerte y apasionado de personas que se han comprometido a fortalecer la visión y misión de la iglesia y su líder.

En Romanos 12 y 1 Corintios 12, Pablo describe la iglesia como un cuerpo vivo, activo y saludable compuesto de partes conectadas y en funcionamiento.

“Así como nuestro cuerpo tiene muchas partes y cada parte tiene una función específica, el cuerpo de Cristo también” (Romanos 12:4-5, NTV).

“Todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es parte de ese cuerpo” (1 Corintios 12:27, NTV).

El mensaje de Pablo es claro: Dios diseñó a cada persona - como una parte del cuerpo, y a la Iglesia – a tener un rol en hacer que ella funcione. La verdad es que ¡las personas son las que hacen que una iglesia florezca y cobre vida!

La pregunta es, ¿cómo podemos, como líderes, desarrollar una cultura donde la gente quiera conectarse completamente a la iglesia y use sus dones, talentos y tiempo para promover el reino - abrazando su función y propósito en el cuerpo de Cristo?

Yo sirvo como pastor asociado y superviso el departamento de hospedaje y ambiente en la iglesia James River en el suroeste de Missouri. En mi puesto, superviso a 765 voluntarios en cuatro localidades. En mis nueve años como parte del personal, he identificado varios principios claves para desarrollar una cultura floreciente de voluntarios en la iglesia.

1. Lidera con pasión y claridad

La gente va a seguir una visión claramente definida. Los líderes que saben adonde van atraen seguidores comprometidos. Como líder de su iglesia, usted es quien establece la dirección. Si no sabe hacia dónde se dirige, creará incertidumbre en quienes lo siguen. Proverbios 29:18 dice: “Donde no hay visión, el pueblo se extravía; ¡dichosos los que son obedientes a la ley!” (NVI).

La principal responsabilidad del liderazgo espiritual es ver lo que Dios está haciendo, sentir hacia donde Dios se dirige, y motivar a la gente a seguirlo en esa dirección. Una visión clara crea una cultura que atrae seguidores que quieren comprometerse e involucrarse.

La pasión sigue la visión y motiva a la gente a participar. El entusiasmo no es un subproducto; es el reflejo de lo que está sucediendo en el corazón del líder. A medida que la gente ve la pasión en un líder, van a sentir la emoción y se unirán alrededor de la visión del líder y le ayudarán a realizarlo.

2. Recuerde que se necesitan mas personas que usted

Los líderes capaces no permiten que los dones y las fortalezas de los demás los intimiden. Como dice el refrán, "el trabajo en equipo hace que el sueño funcione". Necesitamos personas que nos ayuden a llevar a cabo la visión que Dios pone en nuestros corazones, porque ninguno de nosotros puede construir la iglesia por sí mismo.

Puede ser difícil delegar aspectos del ministerio que consideramos especialmente importantes. Sin embargo, un líder sabio entiende que a menudo el problema de fondo no es la capacidad de aquellos a quienes estamos liderando, sino es nuestra propia inseguridad personal. ¿Qué pasa si alguien puede hacer esto en el ministerio mejor de lo que nosotros podemos hacerlo? ¡Ay! La realidad es esta: Ningún líder puede liderar bien desde un lugar de inseguridad. La inseguridad ve a los demás como competencia, y la competencia es la muerte de un equipo de voluntarios fuerte y vibrante.

3. Busque el potencial en los demás

El liderazgo en su mejor momento tiene un elemento profético. Hace un llamado al potencial de la gente y les ayuda a entender su propósito y lugar de servicio en el cuerpo de Cristo. Dios quiere usar a todos, sin importar de dónde vengan, en qué situación o circunstancias se encontraban antes de la salvación, o por cuánto tiempo han sido parte de la iglesia. El apóstol Pablo escribe: "Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular" (Efesios 2: 19-20, NVI).

Los líderes ven el panorama general. Ven a la iglesia compuesta de muchas partes, cada una de ellas importantes para la salud y la vitalidad del cuerpo. Con esto en mente, ellos aceptan la responsabilidad de alentar a las personas a que sean parte de lo que Dios está haciendo en la iglesia local.

¿Cómo hacemos esto? Primero, nosotros ayudamos a los que estamos liderando a que vean que Dios los creó a propósito y con un propósito. Dios ha diseñado a cada uno de sus hijos con dones y talentos únicos con el propósito de construir su iglesia.

En segundo lugar, tenemos que estar dispuestos a convivir con las personas donde quiera se encuentren en su jornada cristiana. Ya sean ellos nuevos convertidos o hayan servido a Cristo durante años, ellos necesitan saber que tienen un lugar y que nosotros queremos que ellos formen parte de el.

Hay una mujer joven que recientemente comenzó a servir en nuestro equipo de voluntarios de la iglesia. Debido a su experiencia pasada, ella sentía que no estaba calificada para servir y no tenia nada que ofrecer. Ella creía que todo el mundo podía hacer una diferencia - excepto ella misma. Sin embargo, una vez que ella tiene entendió la revelación de que Dios quería usarla y que ella si tiene algo que ofrecer, ella no pudo esperar para comenzar a servir. Desde entonces, su vida ha cambiado totalmente. Se despierta cada domingo por la mañana llena de emoción, sabiendo que su vida tiene un significado y un propósito.

4. ¡Invita, invita, invita!

A veces las personas no sirven simplemente porque sienten que nadie los necesita o porque nadie les ha invitado a participar. Para el observador casual, podría parecer que la iglesia tiene voluntarios sirviendo en cada rol. Una invitación personal puede cambiar esa perspectiva y dejar que la gente sepa que hay un lugar para ellos. Es tan sencillo como decir, “¡Nos encantaría que usted sea una parte de lo que Dios está haciendo aquí en la iglesia!”

Una iglesia saludable crea una cultura en la que tanto el líder como cada voluntario invitan activamente a otros a servir. De hecho, las personas que están actualmente sirviendo son los mejores reclutadores. La invitación personal para que otros sirvan junto a ellos es una de las herramientas de reclutamiento más influyentes para la participación del ministerio.

5. Posicione estratégicamente a las personas

Establecer personas en la posición correcta es una de las formas mas efectivas para retener a los voluntarios. Varios recursos están disponibles para ayudar a evaluar las fortalezas de un individuo, personalidad y dones espirituales. Estas evaluaciones son valiosas y brindan al líder y al voluntario una visión de las áreas específicas del ministerio donde el voluntario puede florecer. Una persona que es amable y extrovertida probablemente será un excelente ujier para aquellos que entren a la iglesia. Alguien que es apasionado al trabajar con niños será idóneo para su ministerio de niños. Un individuo que puede tocar un instrumento y disfruta al cantar podría ser una gran adición al equipo de adoración.

A veces las personas no están sirviendo simplemente porque sienten que nadie las necesita o porque nadie las ha invitado a dar un paso adelante.

No es por accidente que Dios crea a las personas con talentos y dones únicos. Él lo hace por una razón: porque quiere usar esos talentos para fortalecer la iglesia y promover el reino.

Hay una mujer joven llamada Jaclyn que sirve en el ministerio de nuestros niños. Ella está tan llena de vida y es como un imán para los niños. Debido a su sonrisa contagiosa y divertida personalidad, los niños acuden a ella. Ser parte del ministerio de los niños es su pasión. Ella se ilumina cuando está cerca de niños. Es una alegría como líder verla florecer y como vive su propósito, sabiendo que está en el lugar correcto.

6. Proporciona entrenamiento

La mayoría de las personas tiene un deseo innato de hacer las cosas bien. Pero los voluntarios no se sienten que están siendo efectivos a menos que los ayudemos a prepararse para el éxito. Un proceso de capacitación adecuado debe incluir al menos tres componentes vitales:

Mantener un manual de voluntarios. El manual debería definir claramente las funciones de los voluntarios, incluyendo las responsabilidades y expectativas. Este necesita responder preguntas básicas tales como a qué hora deben llegar los voluntarios, cual debería ser su vestimenta (tal como una camiseta de voluntario), y a quien se reportan.

Llevar a cabo una orientación de voluntarios. Esto puede ser tan sencillo como conectar nuevos voluntarios con su líder de equipo, guiándolos a través del manual de voluntarios y dándoles tiempo para hacer cualquier pregunta que puedan tener.

Ofrecer la oportunidad de observar a otros. Proporcione al nuevo voluntario la oportunidad de observar y aprender de un voluntario veterano antes de enviarlos por su cuenta.

Asegúrese de que los voluntarios reciban un entrenamiento adecuado y completo, para que puedan sentirse competentes y preparados cada una de las veces que sirven.

7. Promueva organización y estructura

La gente se siente más a gusto cuando las cosas a su alrededor están limpias y organizadas. El tener todo listo y preparado para los voluntarios les da confianza para que puedan participar plenamente en su posición de servicio. Por ejemplo, provéales las lecciones a los voluntarios del ministerio de niños en el momento oportuno para que él o ella se prepare. Mantenga el centro de información con los recursos apropiados para que sus voluntarios puedan enfocarse en dar la bienvenida y servir a los visitantes. Estos pasos son extremadamente importantes en crear una atmósfera relajada y acogedora.

Evalúe las necesidades de los voluntarios en las diversas áreas de ministerio, y haga una lista de verificación. Esta estrategia no solo infundirá confianza en sus voluntarios, sino que también lo tranquilizará, sabiendo que ha reflexionado y se ha ocupado de cada detalle.

8. Construya relaciones

¡La iglesia no es un edificio; la iglesia es una familia! Es una comunidad donde la gente apoya, alienta e invierte el uno al otro. Nuestra relación con aquellos que lideramos es esencial para crear un ambiente saludable.

Como líderes, debemos decirles a nuestros voluntarios que los amamos y valoramos. Esto puede ser tan simple como escribirles una nota, enviándoles un mensaje de texto, llamándolos o deteniéndonos para conversar con ellos durante unos minutos en la iglesia. Si queremos construir una base fuerte de voluntarios, debemos pasar tiempo en las relaciones sociales.

Hacer el esfuerzo de conectarse con su equipo hablará volúmenes a ellos. Recuérdeles que son más que voluntarios; ellos son parte de la familia de la iglesia.

9. Siga recordándoles

Una vez que la gente se conecte a servir, es importante recordarles continuamente la razón del por qué detrás del qué. Todos nosotros nos beneficiamos de los recordatorios de por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo y la gran diferencia que estamos logrando.

Una de las formas más efectivas de hacerlo es celebrar reuniones semanales previas al servicio con sus voluntarios. Estas breves reuniones son importantes y divertidas a medida que las personas escuchen lo que Dios está haciendo en la iglesia y a través de esta, y compartan testimonios de vidas transformadas. A medida que se enteran del matrimonio que Dios ha restaurado, del visitante que se sintió tan hospedado y que ahora quiere regresar el próximo domingo, y del niño que entregó su corazón a Jesús, les recordará cómo Dios está obrando a través de ellos. Se darán cuenta de que su servicio es algo más que simplemente cambiar pañales, saludar en la puerta, contar la ofrenda o limpiar los baños. Lo que están haciendo esta provocando una diferencia eternal en los corazones y las vidas de las personas.

10. Crea un entorno alentador

Nada impulsa el compromiso como el aprecio. Si quieres que la gente se vuelva dedicada y programada para el servicio, tome tiempo para celebrarlas. La gente quiere estar en ambientes donde son reconocidos y notados. Ellos quieren estar en lugares donde alientan y honran.

Al tomarse el tiempo para celebrar a las personas en su equipo de voluntarios, este creará un efecto dominó. Alentarlos es contagioso. Cuando la gente se sienta alentada, no podrán dejar de transmitirlo.

Recientemente, comenzamos a celebrar voluntarios en nuestro equipo anfitrión con el “premio al más reconocido anfitrión.” Durante las reuniones de pre-servicio, escogemos un voluntario para destacar y honrar. El galardonado recibe un pedazo de pastel, junto con algarabía y aplausos de sus compañeros voluntarios. ¡Esta es una de las cosas favoritas de las que me gusta ser parte! Aunque es una manera muy fácil de mostrar aprecio, hace una gran diferencia. El mostrar honor y ánimo a sus voluntarios no tiene que ser complicado ni costoso. Puede ser tan simple y económico como un pastelito, pero significará el mundo para ellos.

11. Comunique la diferencia que el servicio produce

Cuando la gente en su iglesia se compromete a servir como voluntarios, no sólo bendicen a la iglesia, sino que también los voluntarios son bendecidos. Proverbios 11:25 dice: "El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado“ (NVI).Dios se deleita en bendecir a sus hijos, y El no permitirá a la gente sembrar en su casa sin que ellos no reciban una bendición a cambio.

Hay una familia en nuestra iglesia que ha estado sirviendo fielmente durante los últimos tres años. Recientemente, ellos compartieron con uno de nuestros líderes de equipo en cómo el servir ha bendecido sus vidas. A través del voluntariado, ellos han hecho muchos nuevos amigos y han crecido cada vez más cerca del Señor, y se sienten más amados, conectados y apreciados de lo que jamás habían imaginado.

12. Ore

La necesidad de voluntarios a veces puede parecer abrumadora. Puede sentir como si su visión fuera mayor que sus recursos de voluntarios. ¡No se desanime! Si Dios lo llamo, le proporcionará. Él sabe la cantidad de voluntarios que necesita. Filipenses 4:19 dice "Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús" (NVI).

La oración es el ingrediente clave. Ore específicamente por la cantidad de voluntarios que necesita. Mientras busca al Señor, él le dirigirá a las personas adecuadas. Lo podrá ver ordenar sus pasos y crear citas divinas. Una y otra vez, he visto a Dios proveer la respuesta a nuestras oraciones para proporcionar las personas específicas que necesitamos, y sé qué El hará lo mismo por usted.

No hay nada más emocionante que ver al Señor construir su iglesia. Esta en el corazón de Dios que cada persona no solo asista a la iglesia, sino que comprenda el propósito por el cual Dios los creó. Él creó a cada uno de nosotros a propósito, y por un propósito, y Él nos equipó con dones que fortalecerán a otros y construirán la Iglesia.

Una de las grandes alegrías del liderazgo es ver a Dios equipando a aquellos que dirigimos para que hagan el trabajo del ministerio de una manera que los desarrolle y que edifique la Iglesia.

Este artículo apareció originalmente en la edición Septiembre/Octubre 2018 de la revista Influence.

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