El liderazgo es una combinación de habilidades duras y habilidades suaves. Las habilidades duras se centran en las tareas específicas del liderazgo, como las finanzas, la planificación estratégica, la gestión de proyectos y la preparación de sermones. Estas habilidades técnicas son una ayuda para cumplir las responsabilidades propias del cargo.

Pero el liderazgo también abarca las habilidades suaves. Estas son habilidades interpersonales del liderazgo que se centran en las personas, los equipos y las cualidades que generan una influencia duradera. Las habilidades suaves o interpersonales son transferibles de un puesto de trabajo a otro y son esenciales independientemente del contexto.

Esta edición de Haz que valga la pena explora diez habilidades suaves de liderazgo y considera formas de dominar cada una de ellas. Las lecciones incluyen lo siguiente:

1. Inteligencia emocional. La capacidad de manejar las emociones propias y ajenas es esencial para el liderazgo. De hecho, algunos expertos la consideran la habilidad de liderazgo más importante. La inteligencia emocional requiere conciencia de uno mismo, control de uno mismo, conciencia social y manejo de las relaciones.

2. Empatía. Las personas empáticas entienden y perciben lo que sienten los demás. La empatía requiere humildad, conexión, escuchar, delicadeza y amabilidad.

Estas son habilidades interpersonales del liderazgo que se centran en las personas, los equipos
y las cualidades que generan una influencia duradera.

3. Escuchar activamente. Los líderes más eficaces practican el escuchar de manera activa. Los oyentes activos establecen conexiones utilizando su percepción auditiva y visual, su corazón y su lenguaje corporal.

4. Comunicación interpersonal. Los comunicadores interpersonales eficaces prestan atención a lo que se dice, a cómo se dice y a las señales tácitas implícitas en la interacción. Esto requiere autenticidad, respeto y compromiso.

5. Adaptabilidad y flexibilidad. Los líderes ministeriales rígidos a menudo no dan cabida a la nueva obra del Espíritu. Los líderes deben ser firmes en lo que importa, pero flexibles en la forma de transmitirlo. Esto requiere una apertura continua al cambio y a las nuevas oportunidades.

6. Trabajo en equipo. Los líderes son responsables no solo de crear equipos, sino también de ayudarlos a trabajar en colaboración para hacer realidad una visión. Los miembros de un equipo colaborativo se valoran mutuamente, utilizan los dones de cada uno y contribuyen a crear un espíritu de unidad.

7. Resolución de problemas. Los líderes siempre tendrán problemas que solucionar y tensiones que resolver. Para ello es necesario formar un equipo de resolución de problemas, definir el problema y encontrar soluciones creativas.

8. Resolución de conflictos. Los conflictos surgen cuando hay un desfase entre las expectativas y la realidad. Para resolverlos hay que calcular bien los tiempos, comunicarse positivamente y estar dispuesto a escuchar.

9. Aprendizaje continuo. El pastor Gerald Brooks dijo una vez: «Cada nivel de crecimiento exige nuevos niveles de cambio». Los líderes eficaces tienen una postura de crecimiento que les permite adaptarse a las diversas estaciones del ministerio.

10. Resiliencia. El liderazgo es duro, por eso la resiliencia es fundamental. Los líderes pueden recuperarse de los contratiempos cuando desarrollan una perspectiva sana, una mentalidad de crecimiento y una comunidad de amigos que los apoyan.

Mientras lee y reflexiona sobre estas lecciones, tome medidas para desarrollar habilidades suaves de liderazgo personalmente y como equipo.

Este artículo aparece en la verano 2024 de la revista Influence.