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 the shape of leadership

Diseñado para el liderazgo de servicio

Consejos para líderes y miembros de equipos

Doug Clay on April 12, 2023

Cada año, oro por una palabra o frase que quiero que la oficina nacional de las Asambleas de Dios utilice para realzar nuestra cultura de ministerio durante el año. En años anteriores, esa frase ha sido «Por encima de todo», «Uno más», «Listos ... totalmente preparados» y «Acelera». En 2023, es «Diseñados para el liderazgo de servicio».

Robert K. Greenleaf acuñó el término «liderazgo de servicio» en su artículo de 1970 «The Servant as Leader» [El servidor como líder]. Sin embargo, mucho antes que él, Jesucristo sentó sus bases cuando dijo: «Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10:45, ntv).

Como líderes siervos, primero somos servidores. Nos centramos en las necesidades de los demás, especialmente en las de los miembros del equipo, antes de considerar las nuestras. Reconocemos las perspectivas de otras personas; les brindamos el apoyo que necesitan para alcanzar sus metas, ya sean profesionales o personales; les damos participación en decisiones cuando corresponde; y construimos un sentido de comunidad.

El ser líderes siervos da lugar a un mayor compromiso, más confianza y relaciones más sólidas dentro de los equipos. También conduce a una mayor innovación.

¿Cómo sería si practicáramos ser líderes siervos en nuestras iglesias y equipos ministeriales? Permítame responder a esa pregunta desde dos perspectivas: los líderes de equipo y los miembros de equipo.

 

Líderes de equipo

Los líderes de equipo dirigen y supervisan a otros. Los pastores principales, los pastores del personal con subordinados directos e incluso los voluntarios clave del ministerio pueden dirigir equipos. Ellos marcan la pauta y crean la cultura de ser líderes siervos entre los miembros de su equipo.

La principal manera de hacerlo es a través del ejemplo personal. Cuando Jesús llamó a los discípulos, no les dijo: «Escúchenme», como si bastara con sentarse a escuchar una conferencia de formación. Él les dijo: «Síganme» (Marcos 1:17). Toda la vida de Jesús ejemplificó el tipo de vida que quería que llevaran sus discípulos.

¿Qué aspecto tiene ser un líder siervo para los líderes de equipo? Considere las cinco características siguientes:

1. Escuchar. Escuchar es algo más que oír en el sentido físico. Escuchar es una disciplina espiritual. Es el tipo de atención que Jesús tenía en mente cuando dijo: «El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda» (Marcos 4:9, ntv).

Para los equipos ministeriales, escuchar es prestar atención tanto a lo que dicen los miembros del equipo como a lo que dice el Espíritu al mismo tiempo.

2. Empatía. Los líderes siervos tienen en cuenta el bienestar de los miembros de su equipo. Ser empáticos significa que entramos en sus experiencias y consideramos sus perspectivas. Conocemos lo que los mueve y lo que los irrita.

Se ha dicho que el talento gana partidos, pero el trabajo en equipo gana campeonatos. La empatía es lo que hace que los equipos funcionen.

3. Aprender. Los líderes se preguntan constantemente a sí mismos y a los miembros de su equipo: «¿Cómo podemos mejorar?». Me encanta lo que Roy T. Bennett escribió en The Light in the Heart [La luz en el corazón]:

No se limite a aprender, experimente.

No se limite a leer, absorba.

No se limite a cambiar, transforme.

No se limite a relacionar, defienda.

No se limite a prometer, demuestre.

No se limite a criticar, anime.

No se limite a pensar, reflexione.

No se limite a tomar, dé.

No se limite a ver, sienta.

No se limite a soñar, haga.

No se limite a oír, escuche.

No se limite a hablar, actúe.

No se limite a mostrar, cuente.

No se limite a existir, viva.

Los líderes siervos aprenden de manera constante, van más allá de lo básico para convertirse en algo mejor.

4. Mayordomía. Aquí hay una verdad que todos los líderes deben recordar: su tarea de hoy será la de otro mañana. La sabiduría requiere que los líderes tengan una visión a largo plazo y preparen a sus sucesores para el éxito.

El ser líderes siervos
da lugar a un mayor
compromiso, más
confianza y relaciones
más sólidas dentro
de los equipos.

Como dijo Pablo en 2 Timoteo 2:2: «Me has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos testigos confiables. Ahora enseña estas verdades a otras personas dignas de confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros». ¡Pablo condujo a cuatro generaciones de liderazgo en este único versículo!

5. Seguridad. Los líderes de equipo necesitan cultivar una sensación de seguridad emocional que permita a los demás brillar, ya sean nuestros compañeros o los miembros del equipo que lideramos. Según Proverbios 3:34, Dios «Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia». Como líderes, ¿somos capaces de dejar de lado nuestro ego por el bien del equipo? ¿Por el bien de todo el ministerio?

 

Miembros del equipo

Sin embargo, ser líderes siervos no es solo para los líderes de equipo. Todos los cristianos están llamados a administrar su influencia de la manera que mejor sirva a los demás.

Como dice Pablo en Filipenses 2:3-4: «No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás».

¿Cómo se vería si los miembros del equipo practicaran ser líderes siervos? Considere otras cinco características:

1. Honra. En Romanos 12:10, Pablo escribió: «Ámense unos a otros con un afecto genuino y deléitense al honrarse mutuamente» (ntv, énfasis añadido). Ese tipo de superación define la actitud de un líder siervo.

Albert Einstein dijo una vez: «Hablo a todo el mundo de la misma manera, ya sea un basurero o el rector de la universidad».

La afirmación de Einstein resume cómo honrar a los demás antes que a uno mismo. Cuando consideramos a los demás como auténticamente importantes, sin importar su posición en la vida, demostramos un respeto genuino.

2. Ética. Aquí hablamos de los principios morales que rigen el carácter y la conducta. Como líderes siervos, siempre debemos elegir lo que es correcto por encima de lo que es personalmente ventajoso.

Proverbios 22:1 dice: «Elige una buena reputación sobre las muchas riquezas; ser tenido en gran estima es mejor que la plata o el oro».

La siguiente es mi paráfrasis de ese versículo: La integridad no tiene precio, pero la falta de integridad puede ser en xtremo costosa.

Como miembros de un equipo, nuestra ética brilla cuando somos honestos en nuestros informes, cumplimos nuestras promesas y practicamos una buena ética de trabajo.

3. Empoderamiento. El presidente Harry S. Truman dijo: «Es sorprendente lo que puedes lograr si no te importa quién se lleva el crédito». Eso es empoderamiento: establecer a otros para que tengan éxito.

Empoderar es lo que hacen los líderes de equipo, por supuesto, pero los miembros del equipo también pueden empoderarse unos a otros. Desarrollamos nuestras habilidades de empoderamiento cuando reconocemos las contribuciones de todos, damos y recibimos comentarios sinceros y dejamos espacio para que los demás brillen.

4. Las personas. El ministerio evangélico gira en torno a las personas. La iglesia se trata de la gente, no de producir cosas en masa. Nuestra labor es amar a las personas.

Nuestro trabajo, en este sentido, consiste simplemente en seguir el ejemplo de Jesús: «Había amado a sus discípulos durante el ministerio que realizó en la tierra y ahora los amó hasta el final» (Juan 13:1, ntv, énfasis añadido). Empezamos y terminamos amando a las personas, y el amor por las personas caracteriza cómo las tratamos en el medio.

Las personas no son un medio para un fin en el ministerio. Son la razón por la que hacemos lo que hacemos.

Entonces, ¿cómo amamos a las personas con las que trabajamos en los equipos ministeriales? Vemos lo bueno que hay en ellas, oramos con ellas, les mostramos paciencia y las amamos lo suficiente como para ser sinceros con ellas.

5. Humildad. C.S. Lewis definió la humildad de esta manera: «La humildad no es pensar menos de uno mismo; es pensar menos en uno mismo». No se trata de menospreciarse a uno mismo o centrarse en las propias deficiencias. Más bien, es un enfoque y una preocupación por el mundo que lo rodea.

¡Qué lección tan valiosa sobre la influencia! El orgullo es veneno para un equipo. Es un repelente para las personas a las que quiere influir.

1 de Pedro 3:8 dice: «Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde».

Esa humildad comienza como una mentalidad antes de convertirse en una práctica. Tanto si es líder de un equipo como si es miembro de un equipo, su influencia sobre los demás siempre se verá truncada si no crece en humildad.

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En algunos círculos empresariales, ser un líder siervo se convierte en un estilo o técnica de liderazgo para conseguir que los demás hagan lo que usted quiere que hagan.

Sin embargo, eso no es lo que debería ser en la iglesia. Más bien, es el camino de Jesús y, por tanto, la manera en que vivimos y servimos a los demás como seguidores suyos. Este año, seamos líderes o miembros de un equipo, ¡recordemos que primero somos servidores!

 

Doug Clay es el superintendente general de las Asambleas de Dios en EE. UU.

 

Este artículo aparece en la primavera 2023 de la revista Influence.

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