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El sistema de navegación DOPY

Cómo tomar decisiones que honran a Dios

Chad Gilligan on April 11, 2024

Pensando en mi sermón del fin de semana, me sentía ansioso. No sabía qué decir.

En Ohio, mi estado natal, había dos temas políticos polémicos en las urnas. Para muchos, la elección era una cuestión de hacer lo correcto o lo incorrecto. Sin embargo, no todo el mundo estaba de acuerdo en cuál era el bando correcto y cuál el incorrecto.

Sabía que algunos feligreses esperaban que adoptara una postura. Otros pensaban que debía mantenerme alejado de la política.

Como pastor, quería ofrecer orientación. También me di cuenta de que los congregantes no podían acudir a mí para cada decisión personal, política y cultural que tomaran.

¿Qué podría ofrecerles para momentos así?

 

La Iglesia primitiva

Estos dilemas culturales no son nada nuevo. Gran parte de la Biblia trata de cómo debe vivir el pueblo de Dios en medio de sistemas de creencias contradictorios.

Rodeado de reinos paganos, el llamado de Israel era a ser una nación santa. Daniel y sus amigos fueron exiliados en un país que no compartía su fe.

En Hechos 15, la Iglesia del primer siglo luchaba por discipular a miembros de diferentes orígenes. Las divisiones entre los creyentes giraban en torno a dos asuntos. El primero tenía que ver con la salvación. ¿Debían los conversos gentiles someterse a la circuncisión, o era realmente suficiente la gracia (Hechos 15:1,11)?

El segundo era el tema de la diversidad. ¿Cómo podían judíos y gentiles unirse en una comunidad eclesial con todas sus diferencias culturales?

Estas preguntas generaban tensiones, condenas y confusión. Para abordar estas cuestiones, los líderes convocaron el Consejo de Jerusalén.

Tras debatir, deliberar y orar, los líderes decidieron que no debían ponérselo difícil a los gentiles que se acercaban a Dios (Hechos 15:19). La salvación es por gracia, no por actos ceremoniales.

Los apóstoles y los ancianos redactaron una carta en la que ofrecían instrucciones sobre cómo debían vivir los gentiles conversos. Puede que algunos detalles de esta misiva del siglo I no tengan mucho sentido en nuestro contexto del siglo XXI. Sin embargo, es sumamente valiosa cuando nos planteamos las interrogantes de la actualidad.

Porque pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponerles mayor carga que estas cosas esenciales: que se abstengan de lo que ha sido sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne de animales que han sido estrangulados y de fornicación. Si se guardan de tales cosas, harán bien. Pásenla bien» (Hechos 15:28–29, NBLA).

A primera vista, podría parecer una lista de normas legalistas. Sin embargo, hay razones detrás de cada una de estas prohibiciones, junto con lecciones importantes para sortear los problemas de nuestros tiempos.

 

DOPY

Cuando yo era niño, la gente necesitaba engorrosos mapas de papel para ir del punto A al punto B. Hoy, simplemente utilizo una aplicación del sistema de radionavegación espacial en mi teléfono. Esta extraordinaria tecnología ha cambiado por completo la forma de navegar de la mayoría de los estadounidenses.

Un sistema de radionavegación espacial ayuda a los viajeros a determinar rápidamente dónde están, adónde se dirigen y qué maniobras deben realizar para llegar a su destino. Para ello, conecta a los usuarios con una fuente y un poder que supera sus capacidades y es independiente de ellos.

Es una analogía útil para navegar por la vida. Con esto en mente, presenté a mi congregación lo que llamo el sistema de navegación DOPY para tomar decisiones sabias y que honren a Dios. DOPY es el acrónimo de Dios, Otras Personas y Yo.

 

Dios

Los apóstoles querían conocer la voluntad de Dios. El Concilio de Jerusalén no se trataba de articular solo lo que a ellos les parecía bien. Buscaban la guía del Espíritu Santo (Hechos 15:28).

La muerte de Cristo en la cruz había derribado el muro divisorio de hostilidad (Efesios 2:14). Desde Pentecostés, el Espíritu se derramaba sobre todas las personas. A Dios le agradó salvar tanto a judíos como a gentiles.

DOPY es el acrónimo de Dios, Otras Personas y Yo.

Para los gentiles, el cristianismo significaba abandonar los ídolos y servir al único Dios verdadero. Para los judíos, significaba honrar a Dios por encima de la tradición. Sólo Dios es digno del primer lugar en nuestra vida.

Al igual que aquellos creyentes de la Iglesia Primitiva, debemos dar a Dios el lugar prominente en nuestra toma de decisiones. En tiempos de incertidumbre, debemos considerar en oración antes de actuar: ¿esta decisión o acción glorificará a Dios?

La Escritura nos guía en estos asuntos. Los líderes en Hechos 15 buscaron la Palabra de Dios. Cuando interpretamos correctamente la Biblia y vivimos en obediencia a sus enseñanzas, tenemos sabiduría para la vida.

Una decisión que no está en sintonía con la Palabra de Dios es una decisión equivocada. Sin embargo, a menudo me sorprende la cantidad de personas que dicen ser cristianas sin tener en cuenta lo que agrada a Dios. En lugar de examinar sus acciones a la luz de las Escrituras, hacen de la cultura su guía.

Muchos asumen que todo lo que es legal o socialmente aceptable debe estar bien. Dudan en evangelizar a sus amigos porque no quieren hablar de afirmaciones exclusivas de la verdad. Este tipo de pensamiento está muy lejos de las enseñanzas de Jesús y los apóstoles.

No podemos dar por sentada la Palabra de Dios, ni personal ni colectivamente. Al tomar decisiones, los cristianos deben empezar por preguntarse qué glorifica a Dios para que puedan alinear sus decisiones con la Palabra y el Espíritu.

 

Otras Personas

En el centro de esa correspondencia en Hechos 15 estaba el amor por las personas. La acogida que recibieron los creyentes gentiles les animó mucho. La decisión también preservó algunas costumbres de alimentación, teniendo en cuenta las preocupaciones de los miembros judíos de la iglesia. Cada persona importaba en esta decisión.

El apóstol Pablo enseñó que, si la libertad de una persona se convierte en piedra de tropiezo para otra, el amor debe prevalecer sobre la libertad. Nuestro objetivo es hacer lo que conduce a la paz y a la edificación mutua (Romanos 14:19).

Como escribió Pablo en 1 Corintios 10:32–33: «No sean motivo de tropiezo ni a judíos, ni a griegos, ni a la iglesia de Dios; así como también yo procuro agradar a todos en todo, no buscando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos» (NBLA).

En otras palabras, lo que es mejor para el crecimiento espiritual de otra persona es más importante que mi preferencia personal.

Pocas decisiones afectan solo a una persona. Las acciones de cada uno repercuten en la vida de los demás.

Al tomar decisiones, los cristianos deben preguntarse: ¿cómo podría esto animar o desanimar a otros?

Esta perspectiva lleva a otras preguntas importantes: ¿Podría esta acción ofender o confundir a alguien que no es fuerte en la fe? ¿Estoy tratando a la gente con respeto? ¿Cómo pueden mis decisiones hacer que otro creyente tropiece espiritualmente? ¿He tenido en cuenta lo que es mejor para los demás, amando a mi prójimo como a mí mismo? ¿Estoy mostrando realmente a la gente quién es Jesús?

 

Yo

Al mismo tiempo que trataban de glorificar a Dios y animar a los demás, los miembros de la Iglesia primitiva también se preocupaban por su crecimiento espiritual personal.

Debemos estar en guardia contra cualquier cosa que cree distancia entre nosotros y Dios. La gracia no es una licencia para hacer lo que queramos cuando pensamos que nadie nos está mirando. Al contrario, Pablo dijo que la gracia «nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con dominio propio, justicia y devoción» (Tito 2:12, NVI).

Pablo advirtió a los corintios que creer que tenían derecho a hacer algo no lo convertía en beneficioso (1 Corintios 6:12).

Criticando agudamente su despreocupación por la inmoralidad, Pablo dijo: «¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo» (1 Corintios 6:19–20, NTV).

A la hora de tomar una decisión personal, especialmente una que implique la tentación de pecar, el cristiano debe considerar cómo afectará a su vida espiritual.

La pregunta clave es: ¿qué puedo hacer para acercarme más a Dios en lugar de desviarme?

Cada decisión que tomamos acaba afectando a nuestra vida, para bien o para mal. Cualquier cosa que debilite nuestra relación con Jesús es una decisión equivocada.

 

Señales en la vía

Cuando recorro con la mirada nuestra congregación, a menudo pienso en las historias y experiencias representadas en la sala.

Veo los rostros de personas que se encuentran en distintos lugares de su camino espiritual. Algunos llevan décadas sirviendo a Jesús. Otros son nuevos en la fe. Otros están buscando la verdad.

Los pastores no pueden dar por sentado que todo el mundo piensa o vive según las mismas normas. Esto puede hacer que navegar por cuestiones culturales sea bastante complicado. Para mí ha sido útil pensar en los problemas como en un semáforo.

Muchos creyentes parecen dar más valor a lo que ven en las redes sociales que a lo que oyen del Espíritu.

Algunos asuntos son de luz roja. La respuesta bíblica es un enfático "¡No!" o "¡Alto!". La inmoralidad sexual es un ejemplo obvio.

Otros son asuntos con luz verde. Son cosas que sabemos que Dios quiere que hagamos, como amar al prójimo. No hay necesidad de parar. Sigue viviendo así. ¡Adelante!

Sin embargo, no todo en la vida es rojo o verde. Hay muchos problemas con luz amarilla, en los que la gente no está segura de qué hacer. ¿Me detengo? ¿Sigo adelante? ¿Cómo puedo asegurarme?

Animo a quienes se enfrentan a situaciones confusas a considerar el sistema de navegación DOPY. ¿Qué glorifica a Dios? ¿Qué anima a otras personas? ¿Qué te acerca más a Dios? Sobre la base de esas respuestas, las opciones a menudo se vuelven mucho más claras.

Entre los temas de inquietud de Hechos 15 había algunas cuestiones de luz amarilla. En medio de los desafíos culturales que planteaba el hecho de que judíos y gentiles adoraran juntos, hubo debates controvertidos que los líderes de la iglesia tuvieron que abordar.

La carne sacrificada a ídolos no es un tema candente en mi congregación. Pero la gente se está enfrentando a una toma de decisiones sobre dónde dirigir su atención y qué consumir.

Los padres toman decisiones sobre sus hijos y las redes sociales. Los trabajadores están pensando en cómo reflejar el carácter de Cristo en la sala de reuniones o en la fábrica. Los adolescentes se plantean si la Biblia o la cultura deben definir su ética sexual.

Cada día, los cristianos toman decisiones sobre lo que está bien y lo que está mal. Al tomar decisiones difíciles, debemos recordar que no vivimos en el vacío. Las decisiones tienen consecuencias.

En cada decisión, debemos tratar de glorificar a Dios, amar a los demás y crecer en la fe.

 

Piedras de tropiezo

Durante la primaria, viajaba a diario en autobús. Mi cuerpo crecía deprisa y no me gustaba estar encerrado en un asiento pequeño. Cada vez que podía, estiraba las piernas hacia el pasillo para ganar espacio.

Sin falta, la conductora del autobús veía mis piernas y gritaba: “¡Chad! ¡Quita tus pies del pasillo!”

A regañadientes, volvía a replegar mis extremidades en los confines del asiento. Cada vez me frustraba más la determinación de la conductora de impedir que me sintiera cómodo y libre.

En retrospectiva, me hubiera gustado que, en lugar de gritarme, la conductora se hubiera tomado la molestia de explicarme lo que realmente ocurría. Cuando mis piernas estaban en el pasillo, me convertía en un peligro de tropiezo. Un alumno que intentara entrar o salir del autobús podría haber tropezado fácilmente con mis pies.

Confinarme no era la intención de la conductora. Ella solo intentaba mantenernos a salvo. El pasillo no era el lugar adecuado para dar riendas sueltas a mi libertad. Era el lugar para que mostrara preocupación por mis compañeros de viaje. Yo no quería que nadie tropezara, así que mantener los pies fuera del pasillo habría tenido sentido … si hubiera entendido … .

Abordar temas difíciles y que causan divisiones utilizando el sistema de navegación DOPY puede ayudar a crear una comunidad bíblica que minimice los tropiezos.

 

Política

Nos guste o no, la política forma parte de la vida de la congregación. Los creyentes quieren tomar decisiones electorales que estén en armonía con su fe, y a menudo esperan que los pastores les orienten.

Ante la inminencia de las controvertidas votaciones en nuestro estado, quise preparar a mi diversa congregación para pensar con la mente de Cristo sobre cuestiones políticas, sin decirles explícitamente qué casilla marcar.

Mientras reflexionaba sobre este dilema, recordé un sermón que había predicado unos meses antes. Había presentado el sistema de navegación DOPY para navegar por cuestiones culturales. Tras orar y reflexionar, pensé que también podía ser eficaz para tomar decisiones políticas.

Todos los pastores quieren ayudar a la gente a vivir de acuerdo con las verdades de las Escrituras, pero no podemos estar allí cuando se enfrentan a un asunto de índole moral en el trabajo o cuando deciden que casilla elegir en la urna electoral. Debemos enseñarles cómo aplicar la Palabra de Dios y escuchar a su Espíritu en las decisiones cotidianas.

Las tensiones políticas pueden provocar rápidamente confusión y división en las congregaciones. Como la Iglesia de Hechos 15, necesitamos la ayuda del Espíritu Santo.

Discipular a las personas para que piensen en términos de “Dios, otras personas y yo” es una forma de abordar esas tensiones. Utilizar en oración esta herramienta sencilla y fácil de recordar no sólo impulsa a los miembros a tomar decisiones que honran a Dios, sino que también los anima a pensar de forma más bíblica en todos los aspectos de su vida cotidiana.

Unas semanas antes de esas polémicas elecciones estatales, acompañé a mi congregación a través de los temas en discusión. Presentar humildemente el sistema de navegación DOPY como un proceso de descubrimiento espiritual me permitió decir la verdad y llevar a los demás conmigo en el viaje.

Empezamos considerando la “D” en el sistema de navegación DOPY: Dios. ¿Qué dice la Palabra de Dios sobre las opciones políticas que tenemos ante nosotros? ¿Qué decisión lo glorificaría a Él?

La Biblia aborda algunos temas del ámbito político. La mayoría de los cristianos pueden encontrar claridad bíblica en cuestiones relacionadas con la santidad de la vida y la moral sexual. Es importante presentar estos temas como verdades bíblicas y no como interpretaciones culturales.

Otros temas, sin embargo, no siempre están tan claros. Estos temas brindan la oportunidad de debatir cómo la Biblia se relaciona con la vida cotidiana.

Por ejemplo, las advertencias sobre la embriaguez establecen principios que podemos aplicar a los debates sobre la legalización de las drogas (Proverbios 20:1; Efesios 5:18). Una visión bíblica de la familia informa las cuestiones de los derechos de los padres.

Las Escrituras no guardan silencio sobre cómo debemos vivir. La “D” de DOPY nos recuerda que debemos volver a la Biblia para aprender a glorificar a Dios en todo lo que hacemos.

Mi siguiente paso fue presentar “OP” en el sistema de navegación DOPY: Otras Personas. Animé a la congregación a tener una mentalidad de comunidad. La mentalidad estadounidense es individualista, lo que lleva a muchas personas a pensar solo en lo que es mejor para ellas personalmente.

La Escritura nos enseña a pensar no sólo en nosotros mismos, sino también en los demás, hasta el punto de amarlos como a nosotros mismos.

Cada decisión política tiene implicaciones para las personas que nos rodean. Los funcionarios que elegimos y las leyes que sancionamos pueden influir en la vida de las generaciones venideras.

Votar exclusivamente por nuestros propios intereses es egoísta. Es importante considerar cómo las cosas que apoyamos afectarán a los necesitados y vulnerables, así como a las generaciones futuras. Las Escrituras nos obligan a tener en cuenta las necesidades y los intereses de los demás.

En una conversación reciente con un amigo, surgió un tema político candente. No tardamos en darnos cuenta de que veíamos las cosas de forma muy distinta. No era una cuestión de interpretación de las Escrituras. Más bien, nuestras diferencias de opinión se reducían a lo que cada uno creía que era mejor para la sociedad.

El punto de vista de mi amigo sobre el tema procedía de un corazón sincero y de su visión de lo que es mejor para los demás. El mío también. Ambos somos seguidores bienintencionados de Cristo, pero debido a nuestras experiencias vividas y convicciones personales diferentes, llegamos a dos conclusiones distintas.

Cuando languidecemos entre ideas, la incertidumbre causa angustia. Pero cuando los cristianos sabemos lo que al Espíritu Santo le parece bien, esa claridad trae gozo.

Quería decirle a mi amigo que estaba equivocado y que yo tenía razón. Sin embargo, sabía que no era tan sencillo. En lugar de eso, descubrimos que podíamos estar de acuerdo en lo esencial y seguir amándonos, aunque eso significara que tal vez no tomáramos las mismas decisiones en las urnas. Ambos amamos a Jesús. Y ambos amamos la amistad que Jesús nos ha dado.

Esta parece haber sido la situación en Hechos 15. La iglesia debatió todo tipo de problemas. La iglesia debatía todo tipo de asuntos. Si leemos 1 Corintios 10 o Romanos 14, enseguida nos damos cuenta de que los desafíos no desaparecieron tras el Concilio de Jerusalén. Lo que sí vemos, sin embargo, es que los cristianos pueden amarse unos a otros, sin hacer concesiones, aunque no estemos totalmente de acuerdo.

Podemos empezar preguntándonos qué es lo mejor para otras personas. Eso es cierto cuando vamos a la iglesia los fines de semana y cuando votamos en noviembre. Podemos hacer todas las cosas para la gloria de Dios y el beneficio de los demás.

Mientras subía a la plataforma para hablar de lo que muchos consideraban temas políticos contenciosos, tomé nota de la paz que me embargaba. Utilizar el sistema de navegación DOPY me permitió quitarme del medio para no ser causa de tropiezo.

No estaba apoyando una idea o impulsando una agenda. Por el contrario, estaba pastoreando a los creyentes y señalándoles a Jesús. En el proceso, yo también estaba creciendo en Cristo.

Esto me lleva a la “Y”: Yo. Acercarnos a Dios debería ser el objetivo final de cada decisión que tomamos como cristianos.

Somos un pueblo del Espíritu. Creemos que el Espíritu Santo nos acompaña para guiarnos, confortarnos y fortalecernos. Esto es cierto tanto en nuestra vida espiritual como en nuestra vida familiar y laboral. Además, creo que el Espíritu puede guiarnos en las decisiones políticas.

Los pastores deberían animar a los miembros de la congregación a pedir al Espíritu Santo que les indique cómo votar. Por desgracia, muchos creyentes parecen dar más valor a lo que ven en las redes sociales que a lo que oyen del Espíritu.

En lugar de apoyarnos en nuestro propio entendimiento, debemos confiar en Dios para que nos guíe en nuestras respuestas cívicas. Si buscamos al Señor, las estaciones políticas pueden convertirse en tiempos para aprender a caminar en el Espíritu.

Después del Concilio de Jerusalén en Hechos 15, el grupo de mensajeros regresó a Antioquía con instrucciones que ayudarían a los creyentes a glorificar a Dios, a cuidarse unos a otros y a crecer en Cristo. Lo que me parece fascinante es cómo respondieron los miembros de la iglesia cuando recibieron la noticia:

Y hubo mucha alegría en toda la iglesia ese día cuando leyeron este mensaje alentador. Entonces Judas y Silas, ambos profetas, hablaron largo y tendido con los creyentes para animarlos y fortalecerlos en su fe. Se quedaron allí un tiempo, y luego los creyentes los enviaron de regreso a la iglesia de Jerusalén con una bendición de paz (Hechos 15:31–33, NTV, énfasis añadido).

Aliento. Fortaleza. Bendición. Paz. Como la Nueva Traducción Viviente lo califica, «Y hubo mucha alegría en toda la iglesia … » (versículo 31).

¿Mucha alegría? ¿Realmente se regocijaban por una lista de lo que se debe y no se debe hacer? Sí, y he aquí el por qué: ¡Hay alegría en la claridad!

Cuando languidecemos entre ideas, la incertidumbre causa angustia. Pero cuando los cristianos sabemos lo que al Espíritu Santo le parece bien, esa claridad trae gozo.

Hay libertad en la verdad y alivio en la claridad. Al considerar las decisiones considerando a Dios, otras personas y a uno mismo, personalmente he encontrado alegría en la verdad que puede aportar la claridad. Creo que usted y su congregación también pueden comprobarlo.

 

Carreteras rurales

Hace varios años, nuestra familia cargó las maletas en un microbús y nos fuimos de vacaciones a la playa. De camino a casa, atravesamos las hermosas montañas de Virginia Occidental. Cuando íbamos por la interestatal, el sistema de navegación nos dijo que tomáramos la siguiente salida.

Ya había hecho este viaje antes. Por lo que yo sabía, no había ninguna razón para salir. No estábamos cambiando de autopista. Estábamos en una zona remota y montañosa. Mi suposición inmediata fue que el sistema de navegación estaba cometiendo un error.

Sin embargo, por alguna razón, tomé la salida de todos modos. Pronto estábamos recorriendo carreteras rurales desconocidas, dependiendo totalmente del sistema de navegación. Ya no oíamos el ruido constante de la interestatal. En lugar de eso, redujimos la velocidad para sortear curvas cerradas y cuestas empinadas. A mi familia no le hizo ninguna gracia. Este no era el viaje que habíamos planeado.

Cuando por fin llegamos a la siguiente rampa de acceso a la interestatal, nos dimos cuenta de que el tráfico estaba atascado hasta donde alcanzaba la vista. Guiados por nuestro sistema de navegación, nos mantuvimos en esas carreteras rurales durante muchos kilómetros más, dejando atrás otras dos rampas de entrada hasta que por fin llegamos a un punto en el que la interestatal estaba despejada y volvía a fluir el movimiento.

Nunca sabremos qué causó la obstrucción aquel día. Fuera cual fuera el problema, evitamos todo aquel desastre. Al final, nuestro sistema de navegación calculó que el desvío nos había ahorrado una hora de viaje, lo que no es poco para unos vacacionistas cansados.

Me alegré de haber escuchado a mi sistema de navegación aquel día. Me indicó el mejor camino a seguir, lo que me permitió tomar la decisión correcta.

Mi esperanza es que los creyentes hagan lo mismo cuando se enfrenten a decisiones difíciles en la vida. El sistema de navegación DOPY puede conectarles con la sabiduría de Dios y aportarles claridad mientras oran, estudian la Biblia, escuchan al Espíritu Santo y se plantean preguntas clave.

¿Qué glorificará a Dios? ¿Qué es lo mejor para los demás? ¿Qué podemos hacer para acercarnos más a Jesús?

 

Chad Gilligan es el pastor principal de Calvary Church (AD) en Maumee, Ohio.

 

Este artículo aparece en la primavera 2024 de la revista Influence.

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